desde 1950
Somos la tercera generación de una familia apasionada por el jamón ibérico
Todo comenzó en 1950, cuando nuestros abuelos fundaron una pequeña carnicería en un pueblo de Toledo. Lo que en un principio fue un modesto negocio familiar, llegó a convertirse en una de las empresas de jamón más destacadas del país, siendo finalmente absorbida por una multinacional.
Noemí y Gabriel, hermanos y apasionados de la gastronomía y la cultura del ibérico, deseábamos mantenernos vinculados al negocio en el que hemos crecido desde nuestra infancia. Decidimos entonces honrar el legado familiar fundando «La Embajada».
Nuestro propósito es elaborar artesanalmente los mejores ibéricos, manteniendo viva la esencia de un oficio transmitido a través de generaciones, con la convicción de que en algún lugar, nuestros abuelos se sienten orgullosos.
desde 1950
Somos la tercera generación de una familia apasionada por el jamón ibérico
Todo comenzó en 1950, cuando nuestros abuelos fundaron una pequeña carnicería en un pueblo de Toledo. Lo que en un principio fue un modesto negocio familiar, llegó a convertirse en una de las empresas de jamón más destacadas del país, siendo finalmente absorbida por una multinacional.
Noemí y Gabriel, hermanos y apasionados de la gastronomía y la cultura del ibérico, deseábamos mantenernos vinculados al negocio en el que hemos crecido desde nuestra infancia. Decidimos entonces honrar el legado familiar fundando «La Embajada».
Nuestro propósito es elaborar artesanalmente los mejores ibéricos, manteniendo viva la esencia de un oficio transmitido a través de generaciones, con la convicción de que en algún lugar, nuestros abuelos se sienten orgullosos.